Quedó atrás la vigésima edición de nuestra tradicional “Fiesta de la Música” y no se nos ocurre otra palabra más que orgullo. Orgullo por el compromiso, orgullo por la entrega, orgullo por la alegría, orgullo por la solidaridad, orgullo por la satisfacción del trabajo realizado con amor y entusiasmo. Felicitaciones quinto año por la responsabilidad con que abordaron sus tareas. Gracias a todas las familias que colaboraron en esta cruzada solidaria, estos productos serán llevados a la Parroquia Nuestra Señora de Valle, para luego ser distribuidos entre los que más necesitan.

 

Ahora miramos hacia atrás y no podemos evitar sonreír, sonreír y emocionarnos porque gracias a todos, una vez más, un evento escolar se convirtió en una verdadera fiesta, la fiesta de la comunidad del Santa Ana.

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